miércoles, 8 de marzo de 2017

GRITO DE MUJER 2016: APORTACIÓN.


A MI AMIGA QUE QUIERE DARSE POR VENCIDA



Aportación literaria en el festival internacional "GRITO DE MUJER" realizado en Marzo de 2016 en las instalaciones de Reflexionario Mocambo, espacio UV, en la zona conurbada Boca del Río-Veracruz, realizada por Miranda Ordóñez, joven exponente de las letras en Veracruz Puerto.

Para saber más del festival:





Una vez quise ser hombre para amar a mis amigas que en cada relación mueren un poco… Quise ser hombre, para amarlas a todas y no sentir más el frío de sus lágrimas en mi playera, ni mirarlas apagarse, ni presenciar sus funerales en sus ataúdes de treinta años; porque, desde niñas, aprendieron que los hombres son un premio al que hay que amar, sin importar si ellos las aman.
   —Rosa María Roffiel.



Boca del Río, Veracruz; a 26 de marzo de 2016.


A mi amiga que quiere darse por vencida:


Entiendo que la vida no ha sido del todo buena contigo, entiendo que has llorado, que has padecido… Entiendo que le amaste con locura y que ahora él te mira a la cara, severo, sin remordimiento, diciendo que ya no le importas, que ya no te quiere, que lo que alguna vez sintió por ti murió desde hace ya tanto… tanto tiempo atrás.

Sé que a lo largo de tu vida has recibido múltiples golpes: el amor, el dinero, el estrés, la discriminación nuestro verdugo desde el instante que abrimos los ojos por vez primera por el sólo hecho de ser mujer… Sé muy bien que quieres echarte a la cama y llorar como una pequeña e indefensa niña.

¿Sabes? Tienes el derecho de hacerlo.
Sí, tienes derecho a correr hasta que tus piernas duelan, sangren y tiemblen incapaces de sostenerte… Tienes derecho a gritar hasta que se seque tu garganta, a llorar hasta que no quede una sola lágrima dentro de ti, a lanzar maldiciones a los cuatro vientos…

¡Tienes derecho a llorar tu pena!  ¡Tienes derecho a ser débil!

Pero…  por un momento. Apenas un breve instante.

Luego ponte nuevamente de pie, sécate el llanto y sigue adelante. ¡Olvida las enseñanzas de la abuela! Ella aprendió de su madre y su madre soportó durante años a un hombre que no hacía más que llenarla de hijos, beber hasta la inconsciencia y engañarla con cuanta mujer se le atravesaba, mujeres que también así eran vulneradas. 

Abuela aprendió de su madre y su madre no tuvo de quien aprender porque fue huérfana.

Abuela malgastó su vida soportando a un hombre que terminó con su amor propio, que la humilló y minimizó a nada porque alguien, erróneamente, le dijo que la mujer debía someterse a su marido, que el matrimonio era para siempre y que sin un hombre a su lado era equiparable a no existir.

Ni a la bisabuela ni a la abuela le enseñaron que la mujer es digna de amar y ser amada, y nosotras aprendimos de ellas. ¡Pero no más, amiga! El mundo, quizá con extrema lentitud, ha cambiado. Somos mujeres gritando por el bienestar de todas y cada una de nosotros.

Tú no estás para que te construyan castillos en el aire, no estás para que se burlen de ti… Tú mereces un amor completo, un amor bonito, un amor donde amen cada parte de tu cuerpo, tus virtudes y defectos. Mereces un hombre que te vea como la primera y la última, no como una de tantas opciones. Estás para que te amen noche tras noche, no para compartir lecho con alguien cuya piel tiene el olor de otra cama.

¡Dignidad, amiga! ¡Dignidad!

Despréndete del pasado. Sé que quieres a las mujeres que existieron antes de ti, pero no repitas su historia. Sé una mujer libre, una mujer independiente que construya su propio sendero. Una mujer de esas que dejan huella.

¡Mírate! Estar para recibir un amor completo, no amores a medias… y perdóname, si para cierre de esta humilde carta te ruego, te imploro, que no te rindas citando a Benedetti…

No te rindas por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, porque yo te quiero.

Miranda Ordóñez.